GERENTE -[Propietaria] ¿Qué necesita? - Um, uh, ¿está disponible el lugar? - ¿Tienes trabajo? - Claro.
- Apartamento 201. Segundo piso.
La puerta está abierta. - Gracias, se-señora. ¿Señora?
- ¿Qué te pareció? - Estaba perfecto. - ¿Lo quieres?
- Sí. ¿Cuánto cuesta? ¿Qué incluye?
- Tú pagas el gas, la luz, el agua. Jardinero, mantenimiento,
cuotas, la cuota de la cuota. - ¿Me cobrará la basura?
- Sí. También debes pagar por la basura. - Gracias, señora. Hasta luego. SE BUSCA AYUDANTE - Necesitamos ayuda. - Necesito ayuda en mi cocina. - Y eres italiano, ¿verdad?
- Sí, 100% italiano. - Mira, cariño, es un inmigrante como tú. - No todos los inmigrantes son iguales. ¿Verdad?
- Cierto. - El trabajo es tuyo. - Mañana a las 2 pm.
- Estaré a tiempo. - Si llegas a tiempo,
llegas cinco minutos tarde. - Aquí está nuestro manual del empleado. Contiene todo lo que
necesitas, el menú, el plano, fotografías de todo,
incluyendo la comida. - Esto, esto es muy útil. - Estúdialo bien.
Queremos que hagas todo rápido. - Estaré listo.
Pueden contar conmigo. TE COMERÉ EL CORAZÓN - ¿Así que es italiano, como
de primera generación? - Um, no lo sé.
¿Acaso importa? - Oh, cariño, claro que importa. ¿Cómo puedo decirlo en
palabras que entiendas? Italianos de primera generación,
cocinan su pasta al dente. La pasta de segunda generación es... - ¿Es?
- Aguada. - ¿Podrías parar?
Acabo de contratar al tipo. - Tienes que probar esta nueva posición. Realmente te abre, tonifica tu- - Está bien.
Me tengo que ir. - Ey.
Debes ser el chico nuevo. Italiano, ¿verdad? - Um, sí, mi nombre es Paolo,
el ayudante de cocina. Tú debes ser el cantinero. - Bueno, soy actor y cantinero... y camarero y mesero.
Depende del día, así que prepárate. - Siempre. - ¿En serio? Yo no hablo italiano, pero hablo un
poco de francés para un papel que tuve. Pero podría aprender italiano si fuera
necesario para un papel. Si, claro. Sí. - Paolo, bienvenido.
Carlos te espera en la cocina. ¿Estudiaste el menú? - Ciertamente.
- Nerd. - Uh... ¿Me cambio?
- Al fondo a la derecha. Mira, asegúrate de limpiar la mesa cinco. Sr. Levine, bienvenido
a nuestro restaurante. - Estoy aquí por tu pollo agridulce al
limón. Y tengo exactamente 20 minutos. - Maravilloso. ¿Qué tal una copa
de Vermentino 2012 de la Toscana? - ¿Por qué no?
- La mesa cinco está lista. - Bien, ¿podrías decirle al chef que el Sr.
Levine comerá el pollo agridulce al limón? Este vino procede de
una bodega familiar. - Una orden de pollo. - Es pollo agridulce al limón. - Lo siento, no encontraba
un lugar para cambiarme. Los casilleros.
Los casilleros. No encontraba los casilleros.
Estoy, um... Listo. - Oye, necesito ese pájaro. - ¿Ese, ese pájaro?
- ¿El pollo? Sabes, el pollo es un pájaro. - Eh, el pollo agridulce al limón. Ah, claro.
Enseguida lo preparo. Último toque. - Eres un artista. - ¿Acaso tocaste mi receta
de pollo, italiano? - No, yo solo estaba,
tú estabas afuera. - ¿Acaso cambiaste mi receta de pollo? - Sólo intentaba,
intentaba ayudar. - Aquí está el pollo agridulce. - Oh, Levine. - El mejor pollo que he probado.
- ¿Cómo se lo acabó tan rápido? - La cuenta, por favor. Oh, ah. La audacia del pimentón ahumado
mezclado con ralladura de limón. Digno de una reseña de cinco estrellas. Qué tengan un lindo día. - El chef lo logró. - Dios mío, vamos a ser famosos. Tengo que preparar un discurso. Me gustaría agradecer
a la Academia del Pollo, y a, me refiero a la
Academia de la Cocina. A pesar de... - Te conozco.
Y a los italianos les gustas. - ¿De qué hablas? - Esta es mi cocina
y yo te digo qué hacer. - Paolo, ¿qué tal tu primer día? - Aprendí mucho de Carlos. - Y aprenderás mucho más de él. ¿Sabes qué?
Apuesto a que Edward Levine escribirá sobre nuestro pollo agridulce
en su columna esta semana. Va a ser una gran reseña. - Entonces, ¿le gustó? - Le encantó. Dijo que era el mejor
pollo que había probado. Esto es grande. - Eso es genial.
¿Y qué más dijo? - Dijo que le encantaba el pimentón
ahumado y la ralladura de limón. Podrías ser nuestro amuleto de
buena suerte. Fue un gran primer día. - Buenas noches, Maya. - Buenas noches, Paolo.
Nos vemos mañana. - No te preocupes.
Habrá tiempo para eso. - Es lo que siempre dices. ¿Te gustó el nuevo empleado? - ¿Te refieres a Paolo? Eh, está bien. Creo que está un poco impaciente
y está por todos lados. Mientras él me escuche,
no tendremos problemas. - Él me agrada. Es un gran trabajador y necesitas
a alguien que esté contigo. Es una gran elemento para el equipo. - Dije, si me escucha,
y no se entromete. - No lo hará. Esto es algo bueno. Además, creo que obtendremos
una excelente crítica y seremos vistos. - Um... Sí. Grandes noticias. - Buenos días. - ¿Por qué llegaste tan temprano? - Estoy cinco minutos antes,
llegué a tiempo. Justo a tiempo. - Claro. Revisa todas las estaciones. Vamos a tener otro día ocupado. Ponte a cortar. - ¿Acaso empezaron sin mí? - Cariño, estoy trabajando.
- Trabajando. Amo tu trabajo. - ¿Por qué no te sientas y te unes?
- ¿Qué estamos bebiendo? - Así que esto es,
los jugos de uvas italianas. Una copa de Vermentino della Toscana. - Oh, suena elegante.
Dale a mamá un poco de eso. - Le dije a Maya que este vino combinaría
muy bien los platillos que creó. - Por eso hacemos esto,
para saborear y reflexionar. - Bueno, hablando de gustos y reflexiones, ¿por qué no le pides a ese chef
tuyo que nos haga algunos maridajes? Para acompañar este jugo de uva italiano.
- Oh, cálmate. - ¿Acaso él es el jugoso
italiano que me prometiste? - Trish, cállate. - Tengo que decir que el
italiano es el sabor del mes. - Oye, no la animes. - No estoy fomentando nada fuera de marca.
Vamos. Toma otro sorbo de esto.
Y disfruta. - Paolo, ¿le pedirías al Chef que prepare
algunos maridajes para degustar? - Si, seguro, um,
Carlos salió, pero le diré cuando vuelva. - Mmm. Cuanto daría por
degustar algo como eso. - Necesitas calmarte un poco. - No, estoy de acuerdo con Patricia. No veo nada de malo en cubrir mis labios
con un elixir de oro tan aterciopelado. - Están fuera de control.
- Y este es sólo mi primer vaso. Necesito apagar ese fuego, chica.
Dame un poco más de italiano. Para apagar el calor.
- Maya, te lo dije. Hay que pedir al menos cinco cajas
de este vino porque está genial. ¿Cómo se llamaba?
- Paolo. - Oh, Paolo.
Dale a mamá de tu jugo. - Noche ocupada, ¿no? - Sí, fue un buen día. Así que eres de Toscana, ¿verdad? - Sí, lo soy. - Me encanta el Vermentino della Toscana. - ¿Sabes por qué es tan bueno?
- Ilústrame. - La gente que elabora el vino es
honesta, orgullosa y, sobre todo, feliz. Por eso es tan... - ¿Jugoso? - ¿Qué es tan gracioso? - Es solo algo que dijo Patricia hoy.
Un tontería. - Um, ¿pasa algo? - Sólo algunas inconsistencias contables. Necesito darle una segunda vuelta.
Seguro que me estoy equivocando. Solo fue un día ajetreado
y estoy feliz por eso. - Entonces, brindemos por eso. - ¿Quieres darte prisa? Tenemos que hacer ronda hoy. Y no
estoy muy contento con esta parada. - ¿Por qué siempre me estás apurando?
Tengo que poner mi cara de malo. - Bueno, vamos, vamos.
Tenemos enemigos que hacer. - Muy gracioso. Entonces, ¿quieres que de golpes?
- No esta vez. Solo será una visita de cortesía. - Está bien, jefe. - Sólo espero que la pasta
sea tan buena como dicen. - Hola. Bienvenidos chicos.
¿Tiene una reservación? - No lo creo.
Estamos aquí para ver al chef. Oh, y he oído cosas buenas
sobre su pasta. - Entonces sí, mesa, por favor. - Eh, uh, muy bien.
Les conseguiré una mesa. - No, yo la escojo. - ¿Quiénes son esos ellos? - Mm, dicen que
son amigos del chef. No sabía que ustedes eran así.
- ¿Qué quieres decir? - ¿Qué quieres decir? ¿No sabes?
Soy un actor. Mira a estos tipos, parecen los malos del
casting que no consiguieron la audición. - Ya basta.
¿Que quieren? - Uh, ellos oyeron cosas
maravillosas sobre la pasta. Así que, es el código de gángster
para darme dos platos o si no. - Eres un tonto. Ve y dile a Carlos,
los saludaré y les ofreceré vino. Bienvenidos, caballeros. ¿Puedo ofrecerles un poco
de vino o alguna bebida? - Sí.
Me gustaría pedir su mejor- - Pido disculpas por mi colega. Estamos,
en horas de trabajo. Usted entiende. Vinimos a saludar al chef. - Ah, ¿conoce a Carlos?
- Sí. Estamos comprometidos.
Y es mi socio comercial. ¿Qué tal una soda italiana? - Oh, sí, por supuesto.
Carlos nos ha contado sobre ti. ¿No es así, Palillo?
- Si, lo ha hecho. Solo no sabíamos lo afortunado que era
al tener a una chica hermosa como tú. Con todo mi respeto. - Es con todo el respeto. Soda italiana está bien.
Que sean sin hielo, ¿si? - Seguro. - ¿Por qué siempre me
corriges delante de los clientes? Ya te dije que no me gusta. - Este es un cliente que
no sabíamos que teníamos. Así que lo siento si te sientes ofendido.
Aprende a hablar bien. Hagamos esto interesante. Estamos aquí. Sí. Carlos no quiso salir. Oh, eso es bueno. Eso llamará su atención. De acuerdo, Sr. Rockquest. Le llamaremos cuando visitemos
al próximo cliente. -[Maya] Chef.
Dos amigos tuyos están aquí. - ¿Qué dos amigos?
- Dos amigos, dijeron. ¿Pasa algo? - ¿Los platos de pasta eran para ellos?
- ¿Rick no te lo dijo? - Dos tallarines con tomate. - Lo juro, ese hombre
me volverá loco un día de estos. Oye, tú.
Ey. No lo arruines. -[Rick] ¿Están listos los fideos?
- Eh, ¿te refieres a la pasta con tomate? - Sí, esos fideos.
¿Cuánto tiempo tardarán? - En realidad, ya casi están.
Déjame terminarlos. - Bien hecho, Miguel Ángel. -[Carlos] Ya volví, ya volví.
Todo está bajo control. Quiero que limpies ahí. ¿Tocaste mi salsa? ¿Qué pusiste en la salsa?
- Estabas afuera. - ¿Qué te dije la última vez? - Sólo trato de ayudar.
- Tu ayudarás en lo que te diga. - Lo sé. - ¿Qué le pusiste a la salsa? - No me acuerdo. Solo trataba
de evitar que la salsa se quemara. - Te conozco. A los italianos les gustas. - Bienvenido de nuevo. Salsa, suave.
- ¿Cómo estuvo su comida? - Sorprendentemente deliciosa. ¿Dónde está Carlos? No salió a abrazarnos. - Está muy ocupado ahora mismo.
- Oh, ¿está ocupado? No pasa nada.
Así que, el negocio va bien, ¿eh? - No puedo quejarme.
- Oh. Es bueno saberlo. - Lo que quiere decir es que
nos alegra oírlo. Carlos merece una victoria. Nos encantó la salsa para la pasta. Es buena. Como mi Nonna la solía hacer. Es un ganador. - Gracias por mencionarlo.
Yo se lo diré al chef. - Bellissimo, grazie. - Mi nombre es Gran T.
Este es mi socio Palillo. - Oh, mm. Bueno, yo soy Maya.
Un gusto conocerlos. La salsa de la pasta es un éxito. Tal como solía hacerlo mi Nonna. Felicitaciones al chef, dice T. La mesa siete escuchó a tus amigos
y quieren probar la misma salsa. Así que, cuatro platos, por favor. Platos listos.
Oh Dios mío, huele tan bien. Paolo, ¿puedes ayudarme
con los otros dos? Gracias. - Oye, ¿necesitas que te lleven? Solía tener una
Vespa muy similar a esta. - Oh, ¿en serio? - Fue hace mucho tiempo.
Después de la universidad. Viví en Florencia.
Me tomé un año sabático. Así que ahí estaba yo,
sin dinero en Italia. Mi prima bebió media botella de vino.
Mi cabello estaba empapado por la lluvia. Y la Vespa se apagó
justo delante de la trattoria. Y ahí está Carlos. Él era parte de este
grupo itinerante de samba. - ¿En serio?
- Sí. Y él empujaba la suya y bailaba,
si puedes imaginarlo. Y llevaba una falda rosa y
amarilla. Nunca olvidaré esa imagen. - Entonces yo-
- Entonces yo... - Tú primero. - Sólo quiero decir que estoy contenta
de tenerte en el equipo. - Pienso lo mismo. - Sé que quizás quieras
hacer más en la cocina. Pero yo...
Carlos... Necesita tiempo para confiar en alguien. - Quiero ganar su confianza. En la esquina a la izquierda. - Pero yo confió en ti.
Creo que eres un chef increíble. Y me siento cómoda contigo. - Yo también, Maya. - ¡Oh!
- ¡Oh! Esta, es que esta canción es tan patética. - Si, es tan triste.
- Sí. Muchas gracias Maya.
- Oh, no fue nada Paolo. En serio. Entonces... ¿Cuál es tu historia? ¿Por qué sigues soltero? Pareces ser un éxito entre
las damas del restaurante. - Me mudé a la ciudad
después de una ruptura. Pasó mucho tiempo. Y decidí centrarme en mi carrera de chef. No es que no busque a alguien, pero. - Dicen que cuando no estás buscando... - Sí. Sé qué tipo de mujer estoy buscando. - Buenas noches. Oye, mira... Mi amiga Patricia. Está enamorada de ti, tal vez. - Ah. Buona notte.
- Nos vemos mañana. - Gracias por traerme. - ¿No puedes dormir? - Um, ¿qué? No, ya estaba terminando. Deberías dormir. Mañana será un día ocupado. ¿Te pasa algo? - No, yo solo- - Creo que las cosas en el restaurante
no van tan bien como deberían. Quizás esto tarde
algún tiempo en mejorar. Quizás nuevos empleados. - Acabamos de recibir esa gran reseña. La gente está yendo. No podemos pagar
nuevos empleados. Aunque hay una cosa. Quizás necesitemos contratar a un contador. - ¿Qué quieres decir? - Es que algunas noches
no puedo encontrar un dinero. Quizás me esté equivocando, no lo sé. - ¿Dices que falta dinero? - No falta. Solo creo que
podría estar equivocándome. - Sí, eso es. Quizás. ¿Cuándo notaste por primera
vez que faltaba dinero? - Hace como dos o tres semanas. - Espera, ¿no fue cuando Paolo
empezó a trabajar con nosotros? - Oh, Dios mío.
No, no estoy diciendo eso. Él trabaja bien.
Él es realmente útil. - ¿En serio? ¿Realmente lo es? - Solo contratemos a un contador. - Será mejor que no me entere
de que nos está quitando dinero. - ¿Qué?
- No. No puedes negar que estas degustaciones. Ha conseguido catadores. - ¿En serio? Esto es más divertido con ustedes. - Mm, gira, gira. Paquete. - Muy bien, señoras, escuchen. Puede que necesite su ayuda con algo. ¿Conocen a algún buen contador? - Conozco uno bueno. Sí. - Sí, podrías compartir el contexto, pensé
que tú estabas haciendo la contabilidad. - ¿Está todo bien? - Sí, está bien, sólo quiero asegurarme
de que lo estoy haciendo bien. - Mientras tú estés bien. - ¿Esto es algo que debemos investigar? - No.
No, no, no. - Porque estoy lista.
Patricia Holmes está en el caso. Iré al baño de damas. - Solo no entres a la cocina, otra vez. - Si encuentras algo bueno,
puedo ser tu Watson. - ¿Qué es esto?
Pagaré tu suscripción a Bumble. - Cariño, es gratis. Mira. -[Carlos] Pasta, mesa nueve. - Esto es tan extraño.
No lo entiendo. - El menú estaba un poco lento hoy. - ¿Cómo es esto posible? - Maya, ¿hay algo que pueda hacer? Si te pasa algo,
puedes decírmelo. - Alguien está robando dinero. - ¿Qué quieres decir? - Hace dos semanas que falta dinero.
Alguien lo está robando. - ¿Qué puedo hacer?
¿Qué podemos hacer? - Las cámaras. - ¿Tienen cámaras? Mañana. Puedo entrar y
encontrar el lugar perfecto. La configuraré para grabar. Atraparemos a quien lo esté haciendo. - ¿Y crees que la batería
durará lo suficiente? - Tengo una
batería recargable, así que. Atraparemos al que esté robando, ¿si? - De acuerdo. - Sé que lo haremos. - Um, te ves bien hoy. ¿Planchaste tu cabello? - Me desperté así.
Y llegas 30 minutos tarde. - Mi Uber llegó tarde, lo siento.
Además había tráfico. - ¿Tráfico o una audición anticipada? Solo ten listas las mesas. Y sí, me planché el cabello. - Mm-hm. Rockquest:
"Mandaré a mis chicos" "Para que te den una visita" - Sr. Levine, bienvenido de nuevo.
¿Nos acompañará hoy? - Hola, cariño.
Como siempre, no tengo mucho tiempo. Pero estaba en el vecindario y pensé
en probar un poco de esa salsa de tomate. - Me preguntaba cuándo volvería.
Déjeme prepararle una mesa. - Ese hombre se volvió arrogante.
No puede negarlo. ¿Voy a la cocina a decirle
al Chef o lo harás tú? Pero por supuesto. - El italiano no está aquí.
Llega tarde. ¿Acaso es Edward Levine
el que está en esa mesa? - Uh, sí, estaba a punto de, uh. - ¿Estabas a punto de qué? - Una orden de fideo con tomate. - Juro que un día voy a
estrangular a ese hombre. - De acuerdo, chef. Es hora de poner tu salsa de
tomate a la prueba de Levine. No te preocupes.
Seguro será genial. - Llegas tarde.
- Mi Vespa no arrancaba. - Limpia la cacerola. - Si, chef.
¿Algo más que pueda hacer? - No, muévete. - Bueno, hola, hola.
No te esperaba aquí hoy. - Bueno, no puedes alejarme. Ahora,
¿dónde se esconde la delicia italiana? -[Carlos] Ya te lo dije, italiano. Vigila mi cocina.
Y no toques mi salsa. - Lo siento, solo estaba, eh.
- ¡Te atrapé! Te has entrometido con
mi cocina por última vez. Rick, sé bueno y llévale esto a Levine. Rápido, se va a enfríar. - Plato de fideos, mesa cinco. - Tú permites esto. - En serio, Carlos,
¿no te parece gracioso? Ese chico está traumatizado por ti. - Se burla de mí, se burla de mis platos. - Es un gran trabajador y
tiene mucha pasión por la vida. Él también nos ayuda mucho
aquí y tenemos suerte de tenerlo. - Hablando de suerte de tenerlo,
¿dónde escondes esa mortadela italiana? - Trish. - Enseguida te lo mando. - Oh, Carlinhos, tu sabes cómo
darle vida a las cosas por aquí. Woo, salud. Oh, ¿y también puedo
pedir una pasta penne? Creo que es hora de comer. - Seguro. - Oh, y no olvides añadir
la salchicha italiana. - Patricia.
Tenemos clientes. - Sólo estoy jugando con tu marido.
- Compórtate o vete, diablo. - Estoy a punto de quitarles el
vino a las dos. Así que, silencio. - Espero que la haya disfrutado.
¿Cómo estuvo su pasta? - Bueno, honestamente,
la, um... La salsa era bastante simple
y la pasta estaba bien. - Lo siento mucho oírlo.
Seguro fue una casualidad. - Bueno, espero que la última vez no haya
sido la excepción y que este es el estándar. - Lo siento.
¿Hicimos algo mal? Esto va por la casa.
- No, no, no te preocupes por eso, querida. Soy muy directo. No endulzo nada. Lo digo como es y eso
es porque me importa. Estoy más que feliz de pagar la cuenta. Regresaré, pero a otras personas no les
gustaría un plato como este. - Lo siento, Sr. Levine. - Solo presta atención
a lo que pasa por aquí. -[Maya] Oye, tenemos que hablar. - Claro. Um.
¿Qué pasa? - Levine se fue decepcionado. No está seguro de que
le haya gustado la salsa. - Fue suficiente. ¿Paolo? - Si jefe. ¿Cómo puedo...?
- ¿Qué pusiste en mi salsa de tomate? - Nada. Yo sólo estaba- - No te creo.
Tenías especias en la mano. Sí, pero no tuve tiempo de ponerlas.
- ¿Agregabas especias a la salsa sin consultarlo primero con Carlos? - Trataba de ayudar porque Carlos-
- Es suficiente. Paolo. Me gustaría agradecerte por tus servicios. Puedes tomar tus cosas e irte. - Puedo explicarlo.
- Eso no es necesario. No permitiré que nadie arruine
la reputación de mi cocina. Largo, ahora. - ¿Estás seguro? ¿Por qué no esperamos un segundo y
no reaccionamos de forma exagerada? - Estoy tras él. Las cosas no han
sido iguales desde que llegó aquí. Y sabes de lo que estoy hablando. - Paolo, espera, ¿podemos? ¿Ese es nuestro dinero? - Esto no es lo que parece.
Esto no es mío. - Si no es tuyo, ¿de
quién es el dinero? - Ahí está. Te dije que
no podíamos confiar en él. Ese es nuestro dinero.
Ya te atrapamos. - ¿Todo este tiempo y
sólo me estabas usando? - No.
No, esto no es lo que parece. Si puedo explicar.
- Será mejor que te vayas. Sal de este restaurante
antes de que presente cargos. - Maya.
- ¿Maya? ¿Quién te crees que eres? -Carlos, me conoces. No soy un ladrón.
Esto no es mío. - Díselo a la policía. - Espera, espera. - Puedo llamar a inmigración y
enviarte de regreso a Italia muy rápido. - No, puedo explicarlo. - De un inmigrante a otro,
será mejor que te alejes. No quiero volver a ver tu
cara aquí nunca más, italiano. -[Presentador] Volvemos enseguida. - ¿Seguro de que no deberíamos llamar
a la policía y presentar un informe? - Te dije que debemos esperar
a tener todas las pruebas. Al menos hasta que un contador
revise los libros. - Deberías ver Kitchen Review.
Levine acaba de publicar otra reseña. - Oh. Veamos. Yada, yada. Yada, yada. "Y no me da ningún placer... decir que los estándares
pueden haber caído... Y espero que puedan restaurar
esa chispa de la cocina... Fue lo primero que me atrajo... Esto es tan injusto. Estos supuestos críticos pueden destruir
a cualquiera con impunidad cuando quieren con una reseña que no cuesta nada. Y pensar que todo esto fue culpa de Paolo. - Mi teléfono. -[Maya] Espera, ¿ese es nuestro dinero? El trabajo es tuyo. Espera, ¿ese es nuestro dinero? Pero yo confió en ti. Creo que eres un chef increíble. Y me siento cómoda contigo. - Oye, ¿ese tipo no
trabajaba para Carlos? - Oh. Creo que si. ¿Quieres que le de una paliza? - ¿Por qué? No nos hizo nada. Sin embargo, tengo algunas
preguntas para él. - Ya entendí.
¿Entonces quieres sacarle la verdad? - ¿Por qué tienes que ser así? En serio necesitas terapia
con eso, Palillo. ¿Por qué no trabajas como
maestro de Tae-Kwon Do? ¡Para que pegues, pegues, pegues!
¡Tómalo con calma! - Quiero decir, golpear y pegar.
Eso es lo que hago, jefe. Por eso...
Espera. ¿Por qué maestro de Tae-Kwon Do? Eso es racista e innecesario. Para ser completamente honesto,
jamás he peleado en toda mi vida. Excepto esa vez, tuve que ahuyentar
a unos tontos niños en Helloween. - Espera, espera,
¿acaso golpeaste niños en Halloween? Eso es algo insensible. Y no se dice Helloween.
Se dice Halloween. ¡Mamma mia!
- Whoa, whoa, ¿pero qué diablos? - ¡Tienes que aprender a hablar bien!
- De acuerdo. Está bien.
- Vámonos. -[Palillo] Oye, oye, alto ahí. Eres el cocinero que
trabajaba para Carlos. - Sí. Sí, ¿qué hay con ello? - El jefe tiene algunas preguntas
que te gustaría preguntarte. Así que te hará algunas preguntas.
¿De acuerdo? - Recientemente visitamos
el restaurante de Carlos. - Los recuerdo. No son amigos de Carlos, ¿verdad?
- Oye, oye, ¿qué te dije? El jefe aquí está preguntando
las preguntas. Así que danos las respuestas. - ¿Ya terminaste? Supongo que tengo que saberlo. Esa salsa para pasta. No fue lo mismo desde que te fuiste. Y realmente me recordó a mi Nonna. Así que mi única pregunta es: ¿Eras tú? - Lo necesito de representante de vinos. Es muy activo. - A veces puede ser un poco excesivo,
pero él es muy trabajador. - Sí. - ¿Estos tipos otra vez? Vienen todo el tiempo. - Sí.
Me dan escalofríos. - Los clientes son clientes. Bienvenidos, caballeros.
¿Mesa para dos? - Sí, ¿por qué no?
¿Está Carlos? - Yo le haré saber que están aquí.
Síganme. - Dos tallarines con tomate, mesa cinco. - Número de mesa. Ya es una mejora. - ¿Qué están haciendo aquí?
Pensé que teníamos un trato. - Buenas tardes. Estamos aquí por asuntos no oficiales. Estamos visitando
algunos lugares del vecindario y pensamos en lo agradable que serían
dos platos del mejor penne pomodoro para la comida mientras esperamos
los resultados del juego. - ¿Soy yo o Carlos se ve muy feliz
de ver a sus amigos? - Disfrute su comida, señor. - Llévales dos sodas italianas,
con poco hielo. Vuelvo enseguida. - ¿Realmente robaste?
- Por supuesto que no. - Lo sabía. ¿Qué haces aquí? Si Carlos
te ve, llamará a la policía. - ¿Puedes tomar mi teléfono?
- ¿Tu teléfono? - Sí.
Está en la oficina, ¿si? - Está bien. ¿Qué?
- Y ¿Rick? - Oh Dios mío, me siento como
Sandra en Máxima Velocidad. - Dos sodas italianas como les gustan.
- Oye, nos conoces bien. - ¿En serio? Están aquí todo el
tiempo y nunca podemos charlar. - Bueno, mi nombre es Herbert,
pero mis amigos me llaman Palillo. - Encantada de conocerte, Herbert. ¿Y por qué te llaman Palillo? - Dos pastas con tomate, penne
pomodoro para los caballeros. - Mmm. - ¿Les gustaría un poco de parmesano?
- No. - Un montón de parmesano. - Sabes, Herbert, no se entierra el delicado
sabor picante del pomodoro, con grandes cantidades de parmesano.
Es un sacrilegio. - ¿Lo encontraste? Dame el teléfono.
Dame el teléfono. Rick, por favor. Sí, aquí está. - ¿Y bien? ¿Calduccio?
- Fue calduccio. No sabía que fuera tan
conocedor de la cocina moderna. - Sólo sé por tradición
cuando algo está bien. - Es sagrado.
- Mm. Me alegra que nos tenga
en tan alta estima. - Esto de aquí, ya no es lo que solía ser.
Tengo que ser honesto. Parece una dama encantadora. Me recuerda a mi Nonna. La pasta cuando Paolo estaba aquí,
me recordó a mi Nonna. - Bueno, Paolo no...
- No es lo que piensas. - Esperemos que los resultados
de hoy sean a tu favor. De lo contrario, nuestras visitas
tendrán que ser menos placenteras. Quédate con el cambio, como propina. Vámonos, Herbert. - Eso fue innecesario. - ¿Todo este tiempo estuviste
apostando y no me dijiste? - Fueron sólo unas pocas veces. No es un gran problema. - Por favor, dime que no
incriminaste a Paolo. ¿Usaste el dinero del restaurante? El dinero que invirtieron mis padres. - Estás exagerando demasiado.
Además, no tienes pruebas. Recuerda, atrapamos a Palo con el dinero. - Paolo. - ¿A quién vas a llamar?
¿Tu papá? Claro, ¿por qué no? De todos modos, nunca le agradé. - ¡Sólo dame un minuto! - Sólo dame el teléfono, Maya.
Maya, dame la maldita cosa. ¿Por qué las mujeres son tan difíciles? - Oye. Supongo que los Cowboys
no jugaron bien. Al Sr. Rockquest le
gustaría hablar contigo. - Más bien algunas preguntas
que le gustaría preguntarte con- Vamos, ¿a dónde va? - No te preocupes, Maya. Creo que los Cowboys jugaron mal,
pero después de todo ganaron. Ahora tiene algo de tiempo
para encontrar la verdad. - Paolo. Vigilen el restaurante por mí. - No podría haberlo escrito mejor. - ¿Qué quieres decir?
- Hm. Cariño, esto es una comedia
romántica cursi. - ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Hola?
-[Propietaria] ¿Qué quieres? - Uh, hola señora.
Mmm, estoy buscando a Paolo. - ¿Tienes trabajo? - Sí, pero en realidad estoy
buscando a Paolo que vive aquí. ¿Sabes cuál es el número de su apartamento? - Pao, Paolo. - Paolo.
- ¿El maldito tipo italiano? - Claro, sí.
- 201. - 201, gracias. Paolo.
Paolo. Paolo. EL FIN NO ES CIERTO...
¿O SI? Yo lo sabía. ¿Sabes qué? Gracias a ti, me di cuenta de que
se necesita coraje para ser feliz. - ¿Qué quieres decir? - Quiero decir que tienes que
sacar tu corazón. - Quieres decir comerte el corazón. - Estoy muy emocionada. Sí, oh.
- ¿Estás lista? - Uno, Dos, Tres. - Ow.
- ¿Te gusta? Ven aquí, oh, una cosa más. Es una nueva receta para el nuevo menú. - Está bien. Mmm.